Desde la Asociación del Personal de la Universidad de Mar del Plata –APU- rechazamos el feroz ataque que el gobierno de Brasil, a cargo del ultra derechista Jair Bolsonaro, está realizando sobre las Universidades Nacionales de nuestro país hermano.
En las últimas semanas se conoció que a través de una decisión administrativa, el poder ejecutivo recortará el presupuesto en 2.500 millones de reales (cerca de 660 millones de dólares) en este primer semestre, lo que equivale a un 3,4% del presupuesto total de las universidades e institutos federales de Brasil. La medida compromete miles de becas para estudiantes, así como el pago de las cuentas de luz, agua, servicios de limpieza y seguridad.
Este ataque del gobierno de Bolsonaro, es una muestra más de las intenciones del modelo neoliberal que impera en nuestro región, donde la educación pública en todos sus niveles es vista como un gasto, al que pueden acudir cada vez que necesitan aplicar un recorte o a las que castigar por la libertad de pensamiento y creación de espíritu critico que allí se genera.

 

Bolsonaro y su Ministro de Educación, Abraham Weintraub, están aplicando medidas de venganza a las Universidades Federales desde su campaña electoral y en los primeros meses de gestión.

Primero comenzó un ataque frontal a las carreras de filosofía y sociología, que podrían desaparecer en Brasil, lo que generó un repudio internacional de la comunidad educativa. El objetivo del poder ejecutivo sería, según sus propias palabras, concentrarse en áreas que generen retorno inmediato al contribuyente, “como veterinaria, ingeniería o medicina”. El plan continuó amenazando a tres de las universidades federales más combativas del país: la Universidad de Brasilia (UnB), la Universidad Federal Fluminense (UFF) y la Universidad Federal de Bahía (UFBA), con recortes presupuestarios en este primer semestre.

Además, el gobierno de Bolsonaro ataca la autonomía universitaria que rige en Brasil: bajo el pretexto de “consumo de drogas en las instituciones educativas”, pretenden permitir el ingreso de las fuerzas policiales y de seguridad para “combatir esta cuestión”. “La autonomía universitaria no es soberanía”, dicen en el Ejecutivo, violando uno de los pilares de la educación universitaria

Desde que Bolsonaro comenzó su carrera presidencial, el líder de extrema derecha ha tratado de dividir a los estamentos académicos y a los estudiantes, criticando lo que él considera “adoctrinamiento en las aulas”. Por eso orientó a estudiantes de este país a que filmaran en vídeo las clases de sus docentes, para luego efectuar las respectivas denuncias. Esto generó persecución y miedo entre docentes y estudiantes de una gran parte de la comunidad universitaria.

El de Brasil es una muestra más de la mirada que estos regímenes políticos y económicos tienen para con la Educación, la Ciencia y la Investigación.

En Argentina también vivimos etapas muy difíciles para las Universidades Nacionales e Institutos de Investigación, lo que movilizó a gran parte de la sociedad en su defensa.

Desde APU, repudiamos todos estos ataques a la Educación pública, ya sean en Brasil, Argentina o cualquier parte del mundo. Estamos comprometidos con la defensa total de la educación pública en todos sus niveles. Porque sabemos que es la única manera de lograr una sociedad más justa, democrática y soberana.