El pueblo argentino atraviesa hoy la crisis Politico-economica más difícil desde la vuelta a la democracia. Desde el 10 de diciembre último se ha instaurado un régimen de gobierno autoritario, totalitario, violento y extranjerizante, dispuesto a llevarse puesto a quien se le pongan en el camino para cumplir su objetivo, sin medir consecuencia alguna.
Lo que este gobierno trata de imponer no son ideas nuevas como lo anunciaron e hicieron creer a la mayoría de nuestra sociedad, que en su buena fe, confiaron y acompañaron con su voto. Son viejas políticas que ya fracasaron en la argentina y en toda Latinoamérica en las décadas del 70 y 90 y arrastraron al país a sendas crisis que dejaron gravísimas secuelas en lo social, en lo económico y en la cultura de nuestro pueblo. En lo social millones de personas pobres y excluidas del sistema, en lo económico una deuda gigantesca y una dependencia y sumisión al poder financiero transnacional, y en lo cultural una banalización de los valores, sentires y costumbres del pueblo argentino, que nada tienen que ver con su idiosincrasia.
Somos muchas y muchos los que quedamos afuera del modelo de país que se intenta restablecer a costa del hambre y el sacrificio de la mayoría en favor de un pequeñísimo grupo que ya lo tiene todo.
La lucha, pelea, contienda o como se la quiera denominar, no es contra un personaje de turno que puede tener cualquier cara, ser más alto, más bajo, más lindo, más feo, más callado o histriónico , más preparado o más improvisado. Que discusión política es esa? las personas no son lo importante acá, eso es desviar el eje hacia una mirada individualista y personalista que propone a un “mesias”, un “salvador” que tiene la receta de que es lo hay que hacer para ser feliz y vivir dignamente.
La construcción colectiva es lo opuesto al individualismo. Y la política no es una mala palabra, ni una“casta”, ni el mal de la sociedad moderna , es el mecanismo y la herramienta de planificación y ejecución de las ideas, simplemente eso.
Los sueños de las argentinas y argentinos no pueden postergarse ni estar supeditados al “libre mercado” que propone el Neoliberalismo, eso es una falacia. “El mercado” nunca piensa ni atiende necesidades reales, no tiene humanidad ni empatía. Solo entiende de números, cálculos y estadísticas matemáticas frías sin ningún contenido social ni preocupación por mejorar la vida de nadie. Es un anónimo al que no se le puede reclamar nada, pero decide arbitrariamente sobre nuestros gustos e intereses.
La construcción de una sociedad nueva no es una utopía, es posible. ¿Cómo se logra? Primero con iniciativa e imaginación, luego tendiendo los lazos y puentes con todos los sectores organizados y sin organización que estén dispuestos a comprometerse en un proyecto que abarque todas las diferencias y realidades de nuestra sociedad en pos de una conformación heterogénea, respetuosa, sin mezquindades y pensando siempre en el bien común por sobre los personales. Poniendo lo que haya que poner para que el que tenemos al lado se sienta contenido y parte de un proyecto que le de todas las posibilidades.
Nuestra comunidad Universitaria tiene un rol y una responsabilidad fundamental en esa construcción. Acá, en nuestra casa que es la casa del pueblo, es donde se forman las futuras generaciones que van decidir sobre los rumbos de nuestra Nación. Es por eso que tenemos la obligación de preparar a esas juventudes de la mejor manera posible para que tengan todos los recursos para poder discernir entre lo que esta bien y esta mal, para que tengan ese espíritu y pensamiento critico que se necesita para no aceptar lo que les quieran imponer las fuerzas del cielo, las terrestres, marítimas o de cualquier otra índole, en contra de sus propios intereses.
Acá estamos las trabajadoras y trabajadores para aportar nuestro valor, nuestra experiencia y nuestras ideas, para sostener la Universidad publica, gratuita y de calidad; y para decirle al poder de turno que ni acá ni en ninguna dependencia del estado, sobra nadie.
El domingo se cumplen 48 años del ultimo golpe cívico-militar y en las calles vamos a ser miles que nos vamos a manifestar en contra de este modelo de exclusión que intentan reflotar.
Este año hay mas de 30.000 razones para defender nuestra patria, nuestra soberanía, nuestros derechos, nuestras familias, nuestros sueños y nuestras vidas. Hay 45 millones de razones.
- El hambre y la miseria no se pueden aceptar
- La soberanía es una decisión política
- La riqueza es un bien común
- La cultura es una expresión genuina
- La Nación no se vende ni alquila
- La seguridad no es represión
- La justicia no se negocia
- La libertad es tener oportunidades
- La fuerza es organización
- La salud es un derecho
- La educación es el futuro
Un pueblo con memoria, es democracia para siempre.
Hoy más que nunca, 30.000 compañeras y compañeros detenidos, desaparecidos presentes, ahora y siempre.