Este 2021 todavía en Pandemia, nos encuentra una vez más en las puertas de un nuevo aniversario del golpe cívico – militar – eclesiástico, sin poder marchar. Un gesto tan natural y humano que nos hermana en el sentimiento y nos hace reconocernos en la cuestión grupal, en el codo a codo, en el abrazo, en la cercanía. Pero igual que el año pasado, hoy la cercanía física no es sana y tenemos que cuidarnos mutuamente, sobre todo a las y los más vulnerables de nuestra clase (y ya sabemos que en ese grupo están nuestras madres y abuelas).
A pesar de la angustia que nos genera no poder estar en las calles, no dejaremos de expresarnos en los pequeños gestos, espacios y actos como éste, para que no se olvide lo que alguna vez hace ya 45 años, fue la instauración en nuestro suelo de la violencia institucional, la persecución, desaparición, tortura y muerte, de miles y miles de compatriotas.
En ese contexto de hostigamiento y horror, las Universidades Nacionales fueron uno de los blancos elegidos por los militares para atacar tan brutalmente. ¡¡¡Claro!!! un espacio donde se piensa, se lucha, se reclama, se aprende a cuestionar, se trabaja y se hace política debía ser exterminado para poder doblegarlo.
No perdamos de vista eso, precisamente. Las Universidades en su conjunto siempre fueron y esperamos sigan siendo, ese lugar de aprendizajes científicos y saberes universales, de comprender el pasado para poder innovar en el presente y mejorar nuestro futuro a través del conocimiento, pero también, fué y debe seguir siendo, un lugar de cobijo, de reunión, de lucha, de negociaciones colectivas, de hermandad entre los cuerpos que la componen, de amistad y compañerismo. Reflexionemos juntas y juntos para identificar si desde el lugar que a cada une nos toca vivir en este momento histórico, ya sea de conducción gremial, gestión política, comunicador, docente, trabajador o estudiante, estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance por mantener viva la MEMORIA y por no bajar las banderas de VERDAD y JUSTICIA.
Somos conscientes que aquellos 30 mil compañeros y compañeras desaparecidos y desaparecidas, con sus diferentes ideologías y métodos, lucharon por un mundo más justo, un país con igualdad de oportunidades, con libertad de expresión, sin distinción de clases. Y es paradójico, porque la historia de nuestro país es tan cíclica, que a lo largo de estos más de 40 años, y a pesar de la instauración de la democracia, muchas veces nos encontramos peleando por lo mismo. Aprendimos a no dar nada por sentado, todo es una lucha cotidiana.
Hoy, queremos homenajear a todos los y las docentes, trabajadores/trabajadoras y estudiantes, perseguidos, torturados y desaparecidos, pero principalmente a las y los que pertenecieron a nuestro cuerpo No Docente.
En este 45° Aniversario del Golpe Genocida, marchamos con el corazón, el pensamiento y la palabra, con los 30 mil como bandera. Acompañando a los organismos de DDHH que en este 2021 han lanzado la Campaña “Plantamos Memoria” e invitamos a sumarse a todes a las actividades previstas a tal fin.